miércoles, 8 de enero de 2014

Libro de los Medicamentos - Ed. Moleiro

Le Livre des simples médecines, (El Libro de los medicamentos simples), de la Biblioteca Nacional de Rusia, en San Petersburgo, es un códice singular, no solo por la gran belleza de sus ilustraciones, sino porque corresponde a la culminación de los saberes medievales europeos acerca de las sustancias de los tres reinos de la naturaleza que sirven para curar o aliviar las enfermedades.


Dichos saberes procedían de la Antigüedad clásica, cuyos libros médicos en griego fueron recuperados en Europa a través de las traducciones latinas indirectas desde el árabe, al mismo tiempo que se enriquecían con los productos curativos aportados por el mundo islámico. Estas traducciones se iniciaron en el siglo XI y tuvieron como primer centro la ciudad de Salerno. A mediados de la centuria siguiente trabajaba en ella Mateo Plateario, médico a quien se atribuye De medicinis simplicibus (Sobre los medicamentos simples), el compendio salernitano sobre el tema más importante e influyente.


El códice que se conserva en San Petersburgo fue realizado por Robinet Testard en la Francia de finales del siglo XV para el conde Carlos de Angulema y su esposa Luisa de Saboya. Tiene un texto de 220 páginas dividido en cinco partes: hierbas y flores, árboles y sus gomas y resinas, metales y minerales, productos animales y otras materias. Va seguido de un espléndido atlas de 116 páginas que incluyen 386 figuras. El núcleo del texto es la traducción francesa del compendio atribuido a Mateo Plateario, al que se añaden capítulos de obras de los tres siglos siguientes, durante los cuales se ampliaron los conocimientos sobre las sustancias medicinales, a partir de las traducciones efectuadas principalmente en Toledo.


Detalle del acta notarial, firmado y sellado.


Algo parecido sucede con el atlas, ya que su autor –seguramente el gran artista Robinet Testard– reunió, junto a ilustraciones medievales alejadas de la realidad o esquemáticas, otras realistas que corresponden al ‘‘retorno a la naturaleza’’ propio del Renacimiento. La mayoría representa plantas medicinales y, en menor medida, productos curativos animales o minerales, pero hay también escenas con personas dedicadas a su recogida.
Ejemplos de dichas escenas son las seis que aparecen en dos de las páginas del atlas. La titulada ‘‘Aloe’’ (f. 143r) no se refiere a los áloes de donde se obtiene el ácibar, sino al lináloe, es decir, a la madera saturada de resina del agáloco, que en la época era con frecuencia sustituida por la del olivastro. Las otras tres representan la recogida de oro, de alumbre y de antimonita, esta última utilizada en la época como medicamento desecativo.


Un interés adicional del códice es que dos médicos que lo manejaron durante el siglo XVI hicieron una serie de anotaciones. Ambos tenían ya una mentalidad claramente renacentista y disponían de ediciones en griego y traducciones latinas directas de los libros médicos de la Antigüedad clásica. Por ello, consideraban ‘‘bárbaros’’ los vocablos originales del códice y añadieron otros griegos o latinos, acompañados a veces de comentarios.


Edición facsimil del “Libro de los Medicamentos Simples”, realizada por M. Moleiro El códice original fue realizado a finales del siglo XV en Francia y se conserva en la Biblioteca Nacional de Rusia, en San Petersburgo. Consta de un texto en francés de 220 páginas dividido en cinco partes (hierbas y flores, árboles y sus gomas y resinas, metales y minerales, productos animales y otras materias), seguido por 116 páginas completamente ilustradas con 386 figuras.


Dos volúmenes:

 1) facsimil (ISBN: 84-88526-67-9), 260x355 mm, 340 páginas, ilustrado con 386 figuras, encuadernado en piel marrón sobre tabla con ornamentaciones y cortes dorados, estuche guardalibro en piel con la misma ornamentación, ejemplar númerado mediante acta notarial de una tirada única de 987 ejemplares;


2) volúmen de estudios (ISBN: 84-88526-68-7), bilingüe en español e inglés.


Áloe (Aloe):


El áloe sirve para purificar la flema y la melancolía, para confortar los nervios y el estómago, para purgar los humores fríos, para el picor de los ojos y para aclarar la vista. Contra el dolor de cabeza y la opilación de hígado y de bazo. Provoca el flujo menstrual a las mujeres. También sirve contra la roña y la corrupción. Además hace recobrar el buen color a aquellos que por causa de una enfermedad lo hubiesen perdido. Para restañar la sangre de una herida y para resolverla. Así mismo evita que se caigan los cabellos. Expulsa a los gusanos del vientre y los otros animales que entran en las orejas. Por último sirve contra la gota y la inflamación de los oídos.


Ajo (Allium):


El allium es el ajo. El ajo es caliente y seco en cuarto grado, aunque según algunos a mitad del cuarto grado. Hay dos clases de ajo: el primero es el doméstico y común, el otro es el ajo silvestre, que es el llamado scordeon. Es menos caliente y seco que el ajo doméstico. No se puede distinguir en otros autores a uno del otro. El ajo silvestre actúa de forma moderada, y es el que se debe usar en las recetas y no el ajo doméstico, porque éste actúa impetuosamente. Nosotros utilizamos las flores de ajo silvestre, que deben haber sido recolectadas al final de la primavera, y se pueden colgar a la sombra para que se sequen y poderlas guardar durante dos años en una caja. No obstante, las mejores flores de ajo son las que se recolectan nuevas cada año. Del ajo doméstico nosotros utilizamos la cabeza. Tiene la virtud de desgastar y expulsar el veneno y sirve contra las mordeduras de animales venenosos poniendo sobre la herida ajos licuados. También el jugo de ajo ingerido por la boca expulsa el veneno, y es por esto por lo que se le llama la triaca de los campesinos. Contra las lombrices del vientre hay que tomar ajos, pimienta, un poco de perejil y jugo de menta y hacer con ello una salsa, el paciente mojará el pan en esta salsa y se la comerá. Para abrir las vías del hígado y los conductos de la orina se debe hacer una salsa similar diluida en vino y en jugo de plantas diuréticas. Contra la obstrucción de orina y el dolor de las entrañas se cogen ajos y se cuecen en aceite, con ello se hace un emplasto que se aplica en el pubis y alrededor de la verga. Y para provocar la menstruación a las mujeres hay que poner un diente de ajo a la entrada de la matriz, ya que esto hace evacuar el flujo menstrual retenido. Dice Constantino que este mismo efecto tienen los ajos cocidos en agua, en la cual se debe bañar la mujer pero solo hasta el ombligo. También se puede hervir los ajos en aceite, y mojar con este aceite un lechino, que se introducirá en la vagina. En los lugares donde la piel a perdido su color y aparecen morfeas, hacer por encima de ellas una incisión con la lanceta en varios lugares, y frotar sobre la incisión ajos asados, y luego aplicarlos en forma de emplasto. Contra el herpes estiomeneo, se toman cabezas de ajo y sus hojas con un poco de pimienta y se asa todo junto, y se hace un emplasto. Este preparado desgasta la materia. El ajo es perjudicial para la vista, porque seca. Pero también daña a todo el cuerpo si es usado sin mesura, porque engendra lepra, apoplejía y otros muchos males. Las flores del ajo silvestre son diuréticas, hay que tomarlas con vino, o con sirope, o con cualquier otra bebida. También sirven para todo tipo de obstrucción de orina. En las recetas del Antidotario aparecen muy pocas en las que se utilice el ajo doméstico, pero sin embargo, aparecen muchas con ajo silvestre, ya que éste es mucho más atemperado en sus efectos.


Apio (Apium):


Llamado también apium y ache, sirve contra la obstrucción de orina, para desopilar el hígado y el bazo, contra la gordura de bazo, la ictericia, la hidropesía, la abundancia de flemas, el frenesí, la fiebre cotidiana. El apio es nocivo para las mujeres, los niños y los epilépticos que se caen. Hay tres clases de apio, una es el felandrio acuático que en francés se dice ache de rammes, que vale y es provechoso contra el dolor de riñones, contra la obstrucción de orina, los espasmos de vientre, y el mal de bazo. El otro apio es el llamado apio sardónico y, en francés, ache de ris, sirve para los esplenéticos que están enfermos del bazo, contra la obstrucción de orina, contra el mal de piedra y, también, hace evacuar el flujo menstrual retenido y madura los apostemas. Por último, el denominado celedonia menor, y en francés ache de morroydes, sirve para secar las hemorroides, para los lunáticos y contra las manchas negras que quedan después de curarse una herida.


Borraja (Borago):


La borraja es una planta muy común, que tiene las hojas ásperas, y se le llama también borrago. Es caliente y húmeda en primer grado. Las hojas, mientras están verdes tienen virtudes medicinales, pero cuando están secas no las tienen. En menor medida que las hojas, sirven las semillas en medicina. Tiene la virtud de engendrar sangre buena, y por esta razón sirve para los que salen de una enfermedad, y tienen predisposición a tener un pasmo o un defecto en el corazón, o bien sufren de pasión cardíaca. Para los que tienen una enfermedad del corazón, o exceso de humor melancólico en el cuerpo, es muy útil comer borrajas con carne o potajes hechos con sebo o con grasa. Contra los síncopes o los pasmos, se debe hacer un sirope de jugo de borrajas con azúcar. Contra las enfermedades del corazón se hace así mismo un sirope de jugo de borrajas con azúcar a las que se añade polvo de hueso del corazón de un ciervo. Contra la pasión melancólica, así como contra la epilepsia, cocer cañafístola en jugo de borrajas, y de esta decocción hacer un sirope. En el caso de no tener la hierba, entonces cocer las semillas en agua, esta cocción se cuela y luego se hace un sirope. Las semillas secas se pueden guardar perfectamente durante dos años. La raíz no es nada buena para ser usada en medicina. Las borrajas comidas crudas también engendran buena sangre. Contra la ictericia se debe comer con frecuencia cocinada con carne, y beber jugo de borrajas con jugo de escarola que, según algunos, es una especie de lechuga.


CONTENIDO:

Del editor al lector

El códice Le Livre des simples médecines, de la Biblioteca Nacional de Rusia
José Mª López Piñero (†) (Instituto de Historia de la Ciencia y Documentación López Piñero, Universidad de Valencia – C.S.I.C.)

Estudio codicológico
Natacha Elaguina (Conservadora Jefe del Departamento de Manuscritos Occidentales, Biblioteca Nacional de Rusia)

Las ilustraciones del Livre des simples médecines de la Biblioteca Nacional de Rusia
Carlos Miranda (Doctor en Historia)

Le Livre des simples médecines, traducción anotada
María Luz López Terrada (Instituto de Historia de la Ciencia y Documentación López Piñero, Universidad de Valencia - C.S.I.C)

ISBN: 978-84-88526-68-7


Signatura: FP. Fv VI #1
Fecha: s. XV
Tamaño: 260 x 355 mm
340 páginas, con un espléndido atlas iconográfico con 386 figuras
Encuadernación en piel marrón con ornamentación dorada
Estuche en piel
Libro de estudio (432 pp.)
«Casi-original», edición primera, única e irrepetible, limitada a 987 ejemplares numerados y autentificados notarialmente
ISBN: 978-84-88526-69-4
Número 737 de una tirada de 987 ejemplares

PRECIO: 3000€
Contacto vía este blog, o al correo: panguitarod@gmail.com o a ventadefacsimiles@yahoo.com






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